Cristo Rey es uno de los títulos más significativos para Jesús, no en el sentido de un rey terrenal, sino como el Rey divino del Universo. A pesar de que Jesucristo no gobernó sobre un reino material, Su realeza trasciende todo lo humano. Él es el Rey eterno que une toda la creación con el Padre. Como nos dice San Pablo en 1 Corintios 15:25-28, Cristo reinará hasta que todos Sus enemigos estén bajo Su pies, y finalmente, cuando todo esté sometido a Él, Dios será todo en todos. Este título no es solo un reconocimiento a Su soberanía, sino un recordatorio de Su misión redentora que abarca todo el cosmos.
¿Cuándo se celebra Cristo Rey?
Cada año, la Fiesta de Cristo Rey se celebra el último domingo del año litúrgico, coincidiendo con el trigésimo cuarto domingo del tiempo ordinario. Este día marca el final del ciclo litúrgico, y en 2024 será el 24 de noviembre. Este domingo se convierte en un punto de reflexión sobre el fin de los tiempos, cuando Cristo volverá como Juez y Rey eterno.
La Institución de la Fiesta de Cristo Rey
La fiesta de Cristo Rey fue instaurada en 1925 por el Papa Pío XI mediante la encíclica Quas Primas. El Papa Pío XI la estableció en respuesta al creciente secularismo y ateísmo de la época, buscando recordar a la humanidad la soberanía de Cristo sobre todos los aspectos de la vida. Originalmente, la fiesta se celebraba a finales de octubre, pero San Pablo VI trasladó la celebración al último domingo del año litúrgico, justo antes del inicio del Advento.
El Papa Pío XI escribió que el secularismo y la negación de Cristo como Rey traían consigo los males y desórdenes en el mundo. Según él, solo al someterse al gobierno de Cristo y Su santa ley, tanto a nivel personal como político, se podría alcanzar una paz verdadera y duradera. Por ello, la Fiesta de Cristo Rey se convierte en un llamado a que los individuos y los estados reconozcan a Cristo como su Señor y Salvador.
La Realeza de Cristo en las Escrituras
El concepto de la realeza de Cristo está presente en la Sagrada Escritura. Aunque Jesús vivió su vida terrenal de manera humilde, al final de Su ministerio y con Su muerte y resurrección, Él inauguró el Reino de Dios. En Juan 18:37, cuando Pilato le preguntó a Jesús si era rey, Jesús respondió: «Para esto nací, y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad oye mi voz». Esta respuesta muestra que la realeza de Cristo no es terrenal, sino espiritual, y está vinculada con Su testimonio de la verdad.
En Mateo 28:18, Jesús afirma: «Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra», lo que confirma Su soberanía universal. Además, en Filipenses 2:10-11, se habla de que toda rodilla se doblará ante Él, reconociendo Su señorío sobre todo.
Cristo Rey en la Cruz: INRI
El título de Cristo Rey también se refleja en las palabras INRI que aparecen en los crucifijos. Estas iniciales provienen del latín «Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum», que significa «Jesús de Nazaret, Rey de los judíos». Aunque Pilato ordenó poner esta inscripción de manera irónica, como justificación para la crucifixión, la cruz misma reconoció de manera profunda y misteriosa la verdadera realeza de Jesús. Aunque no fue comprendido en su momento, aquel letrero proclamó sin querer que Cristo es el Rey de todos los pueblos.
Un Reino de Amor y Justicia
El reinado de Cristo no se basa en poder terrenal ni en dominio militar, sino en el amor, la justicia y la paz. En Su reino, la verdadera libertad se encuentra en seguir Su ejemplo de sacrificio y servicio. Cristo, Rey del Universo, invita a todos a formar parte de Su Reino espiritual, que ya está presente en el corazón de los que creen en Él y siguen Sus enseñanzas.
Conclusión: La Llamada a Vivir Bajo Su Reinado
La Fiesta de Cristo Rey nos invita a recordar que Cristo no solo reina sobre el cielo y la tierra, sino que también debe reinar en nuestro corazón y vida. Es una oportunidad para renovar nuestro compromiso de vivir bajo Su soberanía y trabajar por la expansión de Su Reino en este mundo. Es un recordatorio de que, al final de los tiempos, Cristo volverá como Juez y Rey, y solo aquellos que hayan aceptado Su dominio en sus vidas participarán plenamente en la gloria de Su Reino eterno.
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