Bajo el título «La Paz y la Inteligencia Artificial», el 1 de enero se conmemora la Jornada Mundial de la Paz, designación seleccionada por el Papa Francisco para abordar tanto los beneficios como las amenazas que presenta esta innovadora tecnología.
En su mensaje del 15 de diciembre pasado, el Papa Francisco resaltó que el ejercicio de control sobre la realidad, nunca antes presenciado, «coloca en manos de los individuos una amplia gama de posibilidades, algunas de las cuales implican un riesgo para la supervivencia humana y un peligro para nuestro hogar común».
En este contexto, el Santo Padre enfatizó la necesidad de plantear preguntas urgentes: «¿Cuáles serán las repercusiones, tanto a corto como a largo plazo, de las nuevas tecnologías digitales? ¿Y cómo afectarán la vida de las personas, la sociedad, la estabilidad internacional y la paz?».
Destacó que las tecnologías que emplean numerosos algoritmos pueden extraer datos de los rastros digitales en internet, permitiendo el control de los hábitos mentales y relacionales de las personas, con fines comerciales o políticos, a menudo sin su conocimiento, limitando su libertad de elección consciente.
Asimismo, señaló que la Inteligencia Artificial solo será beneficiosa «si actuamos de manera responsable y respetamos los valores humanos fundamentales como la inclusión, la transparencia, la seguridad, la equidad, la privacidad y la responsabilidad».
El Papa Francisco advirtió sobre la amenaza para la libertad y la convivencia pacífica cuando los seres humanos sucumben al egoísmo, el interés personal, la búsqueda de beneficios y el deseo de poder.
Para él, la Inteligencia Artificial es un desafío que debería estar al servicio del potencial humano y de las aspiraciones más elevadas, no en competencia con ellas.
El Papa subrayó que la confidencialidad, la posesión de datos y la propiedad intelectual plantean graves riesgos, con posibles consecuencias negativas como discriminación, interferencia en procesos electorales y una sociedad de vigilancia y control.
Finalmente, instó a que el rápido desarrollo de la inteligencia artificial no aumente las desigualdades existentes, sino que contribuya a poner fin a guerras y conflictos, y alivie el sufrimiento que afecta a la humanidad.
La Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia Católica celebra cada 1 de enero desde hace casi seis décadas, impulsa la promoción y conservación de la paz en todo el mundo. En su primera celebración en 1968, el Papa San Pablo VI instó a los fieles y a los «amigos de la paz» a fomentar este don del Espíritu Santo para que domine el desarrollo futuro de la historia humana.
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