Santa Escolástica, cuyo nombre significa «la que tiene escolástica» en referencia a la vida dedicada al estudio y la sabiduría, es una santa venerada en la tradición católica como virgen y religiosa. Es conocida principalmente por ser la hermana gemela de San Benito de Nursia, fundador de la Orden de los Benedictinos y considerado el padre del monaquismo occidental.
La vida de Santa Escolástica está envuelta en leyendas y tradiciones piadosas, ya que hay pocos registros históricos verificables sobre ella. Según la tradición, nació en Nursia, Italia, alrededor del año 480 d.C., en una familia noble. Desde temprana edad, mostró una profunda inclinación hacia la vida religiosa y la búsqueda de Dios.
Escolástica y su hermano Benito compartían un vínculo espiritual muy fuerte desde la infancia. Ambos se dedicaron por completo a la vida religiosa, aunque ella no siguió el camino monástico de su hermano. En lugar de eso, fundó una comunidad religiosa de mujeres en Plombariola, cerca del Monte Casino, donde su hermano había establecido su famoso monasterio.
La relación entre Escolástica y Benito se caracterizaba por una profunda devoción mutua y un amor fraternal. Se dice que se reunían una vez al año para conversar sobre asuntos espirituales y pasar tiempo juntos en oración. En una de estas ocasiones, poco antes de su muerte, Santa Escolástica le pidió a su hermano que pasaran la noche juntos en oración y conversación. Benito inicialmente se negó debido a sus reglas monásticas, pero Escolástica oró fervientemente y una tormenta tan fuerte estalló que impidió que Benito regresara al monasterio, lo que los llevó a pasar la noche juntos en un diálogo espiritual profundo.
Poco después de esta última reunión, Santa Escolástica falleció, alrededor del año 547 d.C. Según la tradición, su alma ascendió al cielo en forma de paloma, lo que simboliza su pureza y santidad. Benito vio esta visión desde su celda y comprendió que su hermana había muerto.
Santa Escolástica es venerada como santa en la Iglesia Católica y su fiesta se celebra el 10 de febrero. Es considerada la patrona de los monasterios femeninos, así como de la lluvia, debido al relato de la tormenta que ocurrió durante su última reunión con su hermano.
Aunque la información sobre Santa Escolástica es limitada y algunas de las historias sobre su vida pueden tener elementos legendarios, su ejemplo de devoción a Dios, amor fraternal y vida de oración continúa inspirando a los fieles en la actualidad, especialmente a aquellos que siguen el camino monástico y buscan una mayor intimidad con Dios.
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