El 22 de marzo, la Iglesia recuerda a San Epafrodito, uno de los primeros obispos del cristianismo, colaborador del apóstol San Pablo y modelo de entrega a la misión evangelizadora. Su nombre significa «agraciado» o «amado» y es recordado por su fidelidad y sacrificio en la expansión del Evangelio.
Vida y Misión
San Epafrodito es mencionado en las cartas de San Pablo como un fiel hermano en la fe, trabajador y soldado de Cristo (Filipenses 2:25-30). Se cree que fue obispo de Filipos, desempeñando un papel crucial en la consolidación de la comunidad cristiana en esa región.
Filipos era una ciudad importante en la provincia romana de Macedonia, donde San Pablo fundó una de sus primeras comunidades cristianas. La Iglesia de Filipos envió a Epafrodito a Roma con la misión de llevar ayuda a San Pablo, quien estaba encarcelado. Durante su estadía en Roma, enfermó gravemente hasta el punto de casi morir. Sin embargo, por la gracia de Dios, se recuperó y pudo regresar a Filipos con noticias del apóstol y con la carta que conocemos hoy como la Epístola a los Filipenses.
Su Relación con San Pablo
San Pablo lo describe como «mi hermano, colaborador y compañero de lucha» (Filipenses 2:25), lo que resalta su dedicación y compromiso con la misión evangelizadora. En la misma carta, el apóstol menciona cómo Epafrodito estuvo al borde de la muerte a causa de su servicio, pero Dios tuvo misericordia de él y lo restauró para seguir cumpliendo su misión.
Tras su recuperación, Epafrodito regresó a Filipos con la carta de San Pablo y fortaleció a la comunidad cristiana, cumpliendo su labor pastoral y evangelizadora.
Legado y Devoción
San Epafrodito nos enseña el valor del sacrificio y la fidelidad en la vida cristiana. Su ejemplo de entrega y amor por el Evangelio nos motiva a vivir con valentía nuestra fe y a poner nuestros talentos al servicio de Dios y de los demás. Es un modelo de servicio desinteresado y de compromiso con la Iglesia.
Aunque no se tiene mucha información sobre los últimos años de su vida, la tradición sostiene que continuó su labor como obispo y misionero, y que murió en paz, habiendo cumplido con su vocación.
Oración a San Epafrodito
«Señor, que en San Epafrodito nos has dado un modelo de servicio y amor a la Iglesia, ayúdanos a seguir su ejemplo de fidelidad y entrega. Que podamos vivir con la misma pasión por el Evangelio y el mismo deseo de servir a nuestros hermanos. Amén.»
San Epafrodito, ruega por nosotros.
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